Querida M.,
El, en mi opinión, más bonito libro de Bernardo Atxaga (no
el mejor) se titula en castellano “Dos letters”. Se trata de un curioso juego
de temporalidades a raíz de la llegada de dos cartas desde su pueblo al buzón
de un anciano vasco emigrado a los Estados Unidos. Como las cartas ya no se
estilan, debo decirte que he recibido dos “whatsapps” en muy poco tiempo que me
han traído hasta el teclado.
Por regla general borro todos los chistes, vídeos, fotos y
sucedidos que me llegan al móvil sin ni siquiera abrirlos. Pero, ay, a veces
caigo en la tentación. No hace mucho me llegó, de parte de un “amigo”, un viejo
texto viral surgido del entorno neonazi de la web explicando al mundo la
historia y las costumbres catalanas en un tono, digamos, despectivo. Por
desgracia, a falta de libros, mi sensación es que el conocimiento de estas
temáticas a lo largo de España se basa más en aquel texto plagado de mentiras y
barbaridades que en ninguna otra opción más científica. Sin desearlo, me veo
muchas veces obligado a salir en defensa de Cataluña por el mundo así que rogué
a mi “amigo” que tratara de verificar algo de lo que decía aquel mensaje antes
de contribuir a su viralidad bajo titulaciones poderosas tipo ”verdades como
puños”, etc.
Los dos mensajes que me traen aquí hoy son de signo opuesto
y muchos medios han puesto notable afán en viralizarlos, si se sabe distinguir
entre medios, se puede llegar a una conclusión interesante, como, por ejemplo,
qué tipo de individuo es el que te lo envía. El primero de los mensajes es de
un profesor (imagino que de instituto) andaluz que se autoinculpa de no haber
hecho bien su trabajo con alumnos que ahora ve seducidos por la extrema derecha
de VOX. En sus mensajes a través de Twitter se reconoce como de izquierdas y
abiertamente homosexual, con buena relación con esos alumnos que, a las
primeras de cambio, votaron a un partido que restringiría sus derechos en
cuanto tocara poder.
Desde el momento en que ese profesor declara su propio error
de diagnóstico, el fallo del sistema educativo, es difícil criticarle puesto
que lo hace él mismo. Destaca este hombre en esos alumnos cierto desprecio por
los inmigrantes (eso que sí que es supremacismo), y un leve desdén a la hora de
hablar de feminismo. Sin embargo, lo más notable es su exagerada “catalanofobia”
(eso que sí que es adoctrinamiento) y su excesivo apego por los símbolos
patrióticos (eso que sí que es ser facha), y reconoce su error al achacarlo a
pecadillos de juventud. No tengo nada que reprocharle, su honestidad me
enternece y me parece un ejemplo para muchos otros.
El segundo “whatsapp” es más peliagudo, me lo mandó el mismo
“amigo” que tuvo a bien compartir la historia neonazi de Cataluña. Se trata de
una carta abierta a Pablo Iglesias escrita por un tal Juan Manuel Jiménez
Muñoz, que firma como médico y escritor. Su talento como médico soy incapaz de
valorarlo, así que analicemos su talento como escritor. De entrada, es autor de
una novela titulada “La flor de los celindos” publicada por Libros Encasa. Tras
un nombre tan curioso, una somera investigación nos lleva a una de esas
editoriales a las que el autor paga para que le pongan un ISBN y una tapas que
le den pinta de libro normal a cualquier texto que haya salido de su
procesador, sin filtro. Nunca sabré si el libro es bueno, malo o regular, lo
único que puedo sacar de este hecho es que, al carecer de editorial o
distribuidora que apueste por ellos, este tipo de autores son feroces en el uso
de las redes sociales como medio de autopromoción.
Jugando a los lugares comunes, iba a decirte M., que su carta
no tiene desperdicio, pero es al revés, la carta es en sí todo un desperdicio. Comienza
con un escandalizado análisis electoral de los resultados de un pueblo de
Málaga que conoce, Sedella. Si bien ya es arriesgada una comparación entre unas
municipales y cualquier otro tipo de elección, su análisis comete una curiosa
trampa que, lo más divertido, es del todo innecesaria. Jiménez Muñoz culpa a
Pablo Iglesias del ascenso de la derecha (y el fascismo) en un pueblo
tradicionalmente de izquierdas. Susana Díaz no tiene nada que ver en esto. Si
se miran los resultados electorales de este pueblo parece evidente que
tiene un alcalde del entorno de Podemos querido por la población (ya que
sólo gana en las municipales), pero el autor nos escatima el dato de que la segunda
fuerza más votada es el Partido Andalucista (PA), con más del 20%. El PA es un
partido alineado con el centro derecha regionalista español (ése que allanó el
camino al PP en muchos lugares donde le costaba penetrar) desde comienzos del
siglo XXI, así que la cuenta del autor es un poco, digamos, tramposilla. La
derecha ha pasado en Sedella de 70 votos en las andaluzas de 2015, a 94 en las
municipales y a 105 (aunque no lo dice, cuenta un voto fijo que hay para Falange)
en las últimas autonómicas. Como fino analista político podría haber cogido
cualquier ejemplo mejor que éste.
Aún así, este hombre no se ha hecho viral por sus análisis
electorales tramposillos, sino por lo que dice después, que la culpa del
fascismo no es del fascismo, sino de los demás, que le llevamos la contraria.
Como en muchos casos similares, su texto está lleno de verdades mezcladas con
medias verdades, medias verdades mezcladas con mentiras y mentiras; así, las
unas se tapan a las otras las vergüenzas y si cuela, cuela. Según su primera
frase, cada vez que los que no sienten la palabra España (en este caso
Iglesias) lo dicen, por su culpa nace un fascista. Cada vez que Iglesias dice “Viva
Cataluña libre y soberana” nace un fascista. En este apartado, sería bueno
recordar a Jiménez Muñoz que cuatro de los siete ponentes de la constitución de
1978, que hoy conmemoran los que más la desprecian, consideraban sin ambages
que Cataluña es una nación, y que de los tres que no, dos ostentaban puestos de
responsabilidad en el gobierno franquista. Según parece, los fascistas tienen
una capacidad extraordinaria para nacer.
El texto se cura en salud usando la demagogia barata de la
derecha, extrema o no, y se queja del mal funcionamiento de la sanidad, la
educación, las farmacias… Cada vez que los servicios públicos funcionan mal
nace un fascista, como si la derecha española se caracterizara por su defensa
de lo público. Y se queja a Pablo Iglesias, como si Andalucía no estuviera
gobernada por el PSOE con el voto de Ciudadanos. Aparte de estas quejas, hay
algunas referencias populistas a las hordas de inmigrantes que amenazan la valla
de Melilla, a si Iglesias tiene o no derecho a comprarse un chalé, a Chaves y
Maduro y, cómo no, la culpa de todo ya no la tiene Yoko Ono, la tienen los
catalanes. Ahí entramos casi todos, los independentistas, Iglesias, Ada Colau,
yo, los que no nos sentimos patriotas, cada vez que abrimos la boca, nace un
fascista. Mecachis.
Todo esto sería más de lo mismo de lo que llevamos
soportando estos últimos años, pero me he dejado para el final algunos puntos interesantes
para todos aquellos que tienen a bien compartir esta mierda como si los demás
necesitáramos consumirla. Si cada vez que nos cagamos en Dios nace un fascista
estamos jodidos. Si cada vez que hacemos un chiste sobre la bandera española
nace un fascista estamos jodidos. Si cada vez que Borrell dice que los "indepes" le han escupido se lo cree un idiota que se hace pasar por escritor estamos
jodidos. Y, por último, la mejor, cito literal: “Cuando Podemos de Zaragoza
organiza unas Jornadas Antifascistas e invita como ponente a una exterrorista
de Terra Lliure que asesinó a nueve personas, nace un fascista”. Me llamó la
atención que alguien pudiera atribuir a Terra Lliure tantos muertos que no
fueran los propios de su incompetencia como terroristas. Busco a qué puede
referirse y encuentro que en su delirio catalanofóbico Jiménez Muñoz asocia una
exmiembro del Grapo madrileña con el terrorismo catalán. Y hala, a seguir
disfrutando de Pío Moa, que milita en VOX.
Al final del texto, el autor templa gaitas, se reconoce como
el verdadero demócrata y dice que total, son cuatro años. Nos culpa a los demás
del resurgimiento de los fachas y se va de rositas como si su complacencia con
todo lo que está pasando no fuera la verdadera responsable. La semana pasada
tuvimos reunión familiar y apareció un tío de mi mujer que llevábamos años sin
ver (también de un pueblecito de Málaga, mira tú). Se echó una siesta y se unió
a la sobremesa diciendo que él siempre había sido militante comunista, pero
que, para decir toda la verdad, con Franco se estaba mejor, que si no abrías la
boca no te pasaba nada, que no faltaba el trabajo; él que con todos sus
hermanos emigró a Sant Vicenç dels Horts. Él, que ha pasado la mayor parte de
su vida viviendo es ese pueblo lleno de inmigración andaluza, pero que en las
municipales prefería a Esquerra Republicana porque quería a su alcalde, Oriol Junqueras, que lleva más de un año en la cárcel en prisión preventiva, sin
juicio y con los recursos retenidos de forma indecente por el constitucional.
¿Dónde nacen los fascistas, Jiménez Muñoz, que yo los vea?
Un beso.
R.
P.S. Hace muchos, muchos años, en el programa de Andreu
Buenafuente de la adoctrinadora TV3 debutó un grupo que llevó la rumba a su cénit
en el siglo XXI. Estopa es un dúo de Cornellà que siempre se han manifestado
como no independentistas pero partidarios de un referéndum legal para Cataluña
como, según encuestas recientes, más de tres cuartas partes de la población. En
la actualidad, las dos grandes renovadoras y diosas del flamenco moderno son
Silvia Pérez Cruz (hija de Palafrugell y de cantantes de habaneras) y la
inmensa Rosalía Vila Tobella (de Sant Esteve Sesrovires), ambas apadrinadas en
algún momento por el extraordinario guitarrista barcelonés Refree. Hay que ver
qué miseria de sistema educativo adoctrinador, excluyente y supremacista el
nuestro. Qué vergüenza.
P.S.2. Como bien sabes, tendría que estar muy borracho para votar a Iglesias.