divendres, 23 d’agost del 2019
Dietario de un no independentista abandonado IX: Mentiras más, mentiras menos. Mentiras Post
Querida M.,
El mayor peligro que corre el equilibrista es caerse. Los hay que practican con el alambre cerquita del suelo. Los hay que se elevan a alturas extraordinarias avalados por una red y los hay que lo hacen sin protección alguna. Entre estos dos últimos habría que discernir entre los buenos equilibristas y los estúpidos, pero es difícil. Si tenemos en cuenta que para ser equilibrista se requiere de un enorme control mental, balancearse sabiendo que una red te protege resta mucho valor al equilibrio. Por otro lado, no deja de ser una actividad bastante estúpida aquélla en la que un leve defecto en la fabricación de tu calzado te conduce a la muerte. Decía Seinfeld en su último monólogo que lo idiota no es llevar casco en actividades de riego extremo, que lo realmente idiota es la idea de fabricar un casco.
Javier Cercas no fue nunca un equidistante, fue durante mucho tiempo un equilibrista a ras de suelo y un día decidió dejarse caer del único lado en que había colocado un colchón. Me duele muchísimo leerlo, su servilismo hacia el poderoso ha alcanzado cotas para mí inimaginables en él. Ha hecho de la mentira virtud con el noble propósito de desmentir las mentiras del otro. Estuve mirando la foto de la creación de la plataforma “Libres e iguales” con Carlos Herrera apoyando sus manos sobre los hombritos de Jiménez Losantos. Con Cayetana, lo mejorcito del PSOE (Leguina, Redondo terreros y Paco Vázquez), la plana mayor de Ciudadanos. Y me pregunto cuánto queda para ver a Cercas en una foto como ésa. “Libres e iguales”, curioso nombre, como si ser obligatoriamente iguales no fuera lo contrario de ser libres.
En su último artículo Cercas sigue los mandamientos de manual de aquel que quiere dar credibilidad a sus mentiras. Comienza asumiendo un referente intelectual de primer orden para dar poso a lo que piensa decir a continuación, en este caso la periodista Anne Applebaum, a la que asciende a la categoría de historiadora, y digo asciende porque es a él al que debe parecerle poca cosa decir que es periodista. Incurre en esos dos primeros párrafos en una diminuta contradicción difícil de percibir o explicar; al mismo tiempo que da por buena la dicotomía FOX, CNN como posiciones informativas irreconciliables se queja de la equidistancia de la BBC con respecto al Brexit. Eso quiere decir que, en un tema que a él le parece mal, el Brexit, se debe discernir entre quien miente más y quién menos. Parece estar de acuerdo con Pedro Sánchez en aquello de que votar es de pobres. En la polaridad entre medio informativo progresista y conservador la balanza queda equilibrada y no es necesario ese discernimiento. ¿Por qué hace esto? Para preparar el contexto de su crítica a los medios de comunicación catalanes. Todos los medios manipulan, pero los catalanes son peores.
No hace tanto tiempo vi un especial que le dedicaron a Cercas en TV3, al menos ese día, la suya. Lo presentaba un tipo que me cae mal, el editor Ernest Folch, que mantenía una larga conversación con él, sobre sus orígenes, su presente. Me gustó mucho y se me saltaron las lágrimas el momento en que relataba por qué su padre (un médico rural, o farmacéutico, no recuerdo, con una buena posición social) lo dejaba todo por ir a Cataluña a buscarle un futuro mejor a sus hijos. Ya he escrito que Tv3 no pasa por sus mejores momentos de objetividad y, aún así, está a años luz del resto de cadenas. Pero la mentira de Cercas no está sólo en considerar las mentiras de TV3 más mentiras que las de otros canales (ni quiero imaginar una comparación con algunas otras autonómicas que hay por ahí). La mentira de Cercas estriba en sostener ante el resto de españoles que los catalanes vivimos en un oasis informativo de manipulación tal que no sabemos lo que pasa en nuestra calle. Mientras, las pequeñas mentirijillas de los medios nacionales muestran nuestra realidad correctamente a los catalanes no independentistas y los habitantes de, por ejemplo, un pequeño pueblo de Cáceres.
Cercas mete en el mismo saco a todos los medios catalanes y con argumentos así es como un amigo me dice un día que la Vanguardia es un diario independentista. La audiencia de TV3 ronda el 20% y la vemos muchos no independentistas, el resto de la población ve canales nacionales. El diario más leído y la radio más escuchada son del Grupo Godó, monárquico y conservador a partes iguales, de hecho, La Vanguardia está dirigida actualmente por Màrius Carol, amigo personal de Juan Carlos I. ¿En la emisora RAC1 hay mucha presencia de independentismo? Pues claro, es una emisora en catalán y no es difícil pensar que la mitad de independentistas la componen en su mayoría catalanoparlantes; lo extraño es la poquísima presencia que tienen en los medios nacionales. Lo extraño es, Cercas, que en su diario, El País, prescindan de John Carlin y Joan B. Culla por cuestiones ideológicas. Eso es lo extraño. Todos los gobiernos reparten dinero a los medios y lo hacen en función de sus simpatías Además, en todas las autonomías con idioma propio hay premio para aquellos medios que lo fomenten. Aún así, habría que recalcar que los medios escritos más subvencionados por la Generalitat han sido por regla general El Periódico , con diferencia el diario más opuesto al “procés, o La Vanguardia.
Javier Cercas asegura que lo que en los otros medios son manipulaciones en la prensa catalana es propaganda (idiotizante, añado). Me recuerda a Vargas Llosa cuando dice que el patriotismo está muy bien, el nacionalismo no. Luego suelta ya la retahíla de mentiras de las que los medios catalanes han convencido a la mitad de la población y que va en contra de los intereses de la otra mitad, argumentario falso e institucional que oculta otra gran y sibilina mentira: Catalunya fracturada en dos mitades. Cercas asegura que las mentiras que nos han colado son: 1- “El derecho a decidir existe y nos ampara el derecho de autodeterminación”. 2- “El problema es entre Cataluña y Estaña y no entre catalanes”. 3- “Los políticos presos son presos políticos”. 4- “España es apenas una democracia y la democracia está por encima de la ley”. Es de agradecer que en este artículo las mentiras a las que se refiere Cercas tengan visos de verosimilitud, en algún artículo anterior se inventaba mentiras nuevas tipo “los hospitales colapsaron en 1 de octubre” o “Catalunya fue independiente hasta 1714”, que a saber de dónde se las habría sacado.
Vayamos por partes. 1- El derecho a decidir o el de autodeterminación sí existen, me resulta inconcebible tener que demostrarlo tanto como que el sol da luz. La reivindicación es que pueda aplicarse en Catalunya, tal y como se ha hecho en otros países de nuestro entorno. ¿Qué ha habido muchos políticos que lo han dado por hecho? No seré yo quien lo niegue, te aseguro, M., que son muchos menos que los ciudadanos que se lo creyeron. A este hecho hay que añadirle la falacia sobre la posibilidad de un referéndum: no hay 2 millones de votantes frente a 2 millones de votantes, cerca del 80% de los votantes catalanes son partidarios del mismo y Cercas miente porque, además, lo sabe. 2- Decir que el problema es, exclusivamente, entre catalanes es una barbaridad histórica y un reduccionismo lamentable. Si la base de todo está en celebrar un referéndum el problema es con el Estado, ya que la mayoría de los catalanes son partidarios y es el Estado el que no lo acepta. Negar que existe un problema secular de encaje de Cataluña en España vuelve a ser negar la luz del sol. Identificar a todos los catalanes no independentistas con los no partidarios del referéndum vuelve a ser mentira a sabiendas. Fomentar la idea de que es un conflicto entre catalanes es tratar de vender la idea de que salimos a la calle a cuchilladas. 3- Lo de los presos políticos podría ser más opinable, claro, aunque yo prefiero poner en duda el discurso de las cloacas del Estado antes que repetir como un papagayo sus consignas. A lo largo de la transición en España se ha torturado, encarcelado y asesinado desde el Estado saltándose cualquier norma democrática. Se han hecho leyes a propósito para ilegalizar partidos o encarcelar personas, se han cerrado periódicos y torturado a sus directores. Todo esto se hizo con la excusa de un mal menor ante el terrorismo de ETA, por eso ahora se está envileciendo el lenguaje con conceptos como violencia, terrorismo o supremacismo aplicados en un contexto por completo irreal. Tal y como creí en su día que se encarcelaba a Arnaldo Otegi por interés político, creo hoy que no hay ninguna razón para tener encarcelado a un civil como Jordi Cuixart, presidente de una entidad cultural fundada en 1961, si no es porque resulta muy molesto. En cualquier caso, a un periodista de raza debería preocuparle más la posibilidad de una prisión injusta que la dignidad de un Estado. 4- No son equiparables con facilidad los conceptos de ley y democracia, pero, por si sirve de algo, diré que todos los estados del mundo tienen leyes y muy pocos democracia. La democracia da la posibilidad de hacer leyes que contenten a la mayoría, la democracia liberal hace esto dentro de unas normas universalmente asumidas. Se puede creer que la democracia española es fabulosa. Yo ya he escrito muchas veces que me parece que está bajo mínimos y que son, precisamente, los partidos que se autodenominan constitucionalistas, los que menos creen en ella. Los índices de corrupción de los diferentes gobiernos, de la monarquía incluso, la falta de equilibrio y de funciones entre las cámaras, el intrusismo en el poder judicial y sobre todo, y lo peor, la carencia de una prensa independiente que controle el poder. Una derecha extremada, un PSOE desnortado (en sus concepciones ideológicas, lo que quieren hacer lo tienen claro) y una izquierda personalista parecen a Cercas una garantía democrática suficiente. Todo el periodismo nacional unido contra el separatismo catalán y restando importancia a una indecencia infinita. La prensa española descubre cosas, se echa unas risas unos días, retiran a alguien de circulación un par de años (luego vuelven) y a por los catalanes. En todo lo demás, la agenda la marcan los partidos.
Por todo esto me resulta triste leer la despedida del artículo de Cercas. Él, alineado con los que más mandan porque cree que le protegen de alguna cosa, piensa que la solución a la fractura social catalana está en “unos medios (catalanes) libres, valerosos e independientes”. Y lo dice desde las páginas de El País. Él, que en su obra literaria se ha caracterizado por empatizar con el otro, con el opuesto, el ajeno, en su obra periodística ha decidido acurrucarse en el colchón y unirse al matón del colegio. Allá tú.
Un beso.
R.
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