Querida M,
Fue San Antonio
de Padua un fraile muy milagrero. Por eso no es extraño que el papa Gregorio IX lo
canonizara apenas un año transcurrido de su muerte. Como casi siempre puede que
esta historia me la invente, pero creo que no, que en esta ocasión se la han
inventado otros.
La revista "El pan de los pobres" abría un día con tipografía sensacionalista y un impactante titular en la portada: “¡San Antonio acusado de saltarse la abstinencia!" con un antetítulo poco clarificador "Ardid de los enemigos".
Si San Antonio levantara la cabeza sería interesante ver la cara que pondría al ver a qué precio se ha puesto el pescado. Él, como patrón de los pobres, contribuyó en gran medida al consumo de este alimento tan escurridizo. Gran defensor de la abstinencia de comer carne en la cuaresma, San Antonio se vio envuelto en una treta para difamarle a cargo de unos herejes enemistados que se la tenían jurada.
La revista "El pan de los pobres" abría un día con tipografía sensacionalista y un impactante titular en la portada: “¡San Antonio acusado de saltarse la abstinencia!" con un antetítulo poco clarificador "Ardid de los enemigos".
Si San Antonio levantara la cabeza sería interesante ver la cara que pondría al ver a qué precio se ha puesto el pescado. Él, como patrón de los pobres, contribuyó en gran medida al consumo de este alimento tan escurridizo. Gran defensor de la abstinencia de comer carne en la cuaresma, San Antonio se vio envuelto en una treta para difamarle a cargo de unos herejes enemistados que se la tenían jurada.
Los insidiosos urdieron
un plan para hundirle y hacerlo desistir de su tarea evangelizadora en el sur
de Francia. Con buenas maneras, lo invitaron a comer un día de cuaresma y le
sirvieron un pollo extraordinariamente bien preparado. San Antonio se olió algo
(y no me refiero al pollo) y alegó que debía negarse a comer carne en ese día.
Los invitantes mostraron su desaprobación puesto que se trataba de un plato
único y se sentían agraviados. Ante la obstinación de San Antonio tenían
preparada una inteligente réplica teológica: negarse a comer el pollo
obedeciendo la doctrina de la iglesia contravenía las enseñanzas de Jesús, que
exigen comer lo que te sirven cuando eres invitado.
¿Cómo salió de este mal paso San Antonio, M.? Pues con un milagro. A falta de una resolución realista debemos conformarnos con algo de fantasía, como a mí me gusta. San Antonio hizo la señal de la cruz sobre el pollo y, con disimulo, lo transformó en pescado. Acabada la comida, los intrigantes cogieron a toda prisa los restos y los llevaron al obispo para demostrarle que San Antonio no merecía el prestigio del que hacía gala. Grande fue la desilusión de los herejes y el enfado del obispo cuando al abrir la bolsa no encontró sino raspas de pescado, quedando así intacta la reputación del futuro santo.
¿Cómo salió de este mal paso San Antonio, M.? Pues con un milagro. A falta de una resolución realista debemos conformarnos con algo de fantasía, como a mí me gusta. San Antonio hizo la señal de la cruz sobre el pollo y, con disimulo, lo transformó en pescado. Acabada la comida, los intrigantes cogieron a toda prisa los restos y los llevaron al obispo para demostrarle que San Antonio no merecía el prestigio del que hacía gala. Grande fue la desilusión de los herejes y el enfado del obispo cuando al abrir la bolsa no encontró sino raspas de pescado, quedando así intacta la reputación del futuro santo.
La revista “Haematologica”
es la edición española de “The hematology journal”, aunque la mayoría de los
artículos (en realidad todos) siguen estando sólo en inglés. Por supuesto, es
una revista médica de hematología. La edición española incluye en castellano
alguna noticia de actualidad del ramo, una traducción de los resúmenes de los
artículos y la publicidad.
En la
contraportada de la revista pude encontrar un anuncio a toda página del
medicamento Glivec, para pacientes con Leucemia Mieloide Crónica en crisis
blástica, fase acelerada o fase crónica que no mejoran con Interferón. La
gracia es el eslogan del anuncio, en grandes letras rojas dice “Regala tiempo”,
bajo una foto de unas cálidas manos que entregan un paquete con un lacito.
En el interior
de la revista hay otro anuncio a toda página de un medicamento llamado Sprycel.
En él se ve a una mujer madura, de mirada azul, limpísima, hacia el cielo. El
eslogan es más discreto y no tiene gracia; en general el texto se limita a
alabar las excelencias del fármaco, la más importante: para pacientes con
Leucemia Mieloide Crónica en crisis blástica, fase acelerada o fase crónica con
resistencia o intolerancia al Glivec. Arriba a la izquierda, cruza una franja
roja “NUEVA dosis inicial de 100 mg. Una vez al día”.
Sin embargo, el
anuncio estrella es el de un tratamiento llamado “Quelar”. Es para pacientes
con Síndrome Mielodisplásico dependientes de transfusiones. Según parece,
“Quelar” previene el daño férrico. Dice el eslógan “Quelar prolonga la
supervivencia”, pero, por si no había quedado claro, encima hay una foto
ilustrativa de un señor mayor, sonriente, sentado en un sofá con una enorme
viga de hierro sobre su cabeza, colgando de una cuerda a punto de romperse.
¿Era necesario?
Un beso.
R.
Esta vez tu cuento acaba siendo una magnífica viñeta...., si es que le das bien a todos los géneros!
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