dimecres, 7 de novembre del 2012

Dedicatorias

Querida M,
El mes de julio de 1970 Victoria van der Maelen entró en su librería preferida para comprar un ejemplar económico de la novela “Las cárceles del alma”, de Lajos Zilahy. Le costó 30 pesetas. Tenía intención de regalarlo, pero pidió que no se lo envolvieran porque deseaba escribir una hermosa dedicatoria a una persona por la que sentía un enorme afecto. Entró en una cafetería a tomar un café con leche porque aún no se había desayunado y a su edad esos excesos se pagan. Allí sentada, abrió la primera página del libro y escribió: “Para nuestra buena amiga Lucy Paz. Vda. Hertogs” firmó y dató el hecho.
Lajos Zilahy publicó su primera novela en el año 1922, “Primavera mortal”, un drama epistolar que pronto lo convirtió en un autor de éxito. No hacía mucho que acababa de regresar de su participación en la Primera Guerra Mundial y este hecho marcó su trayectoria literaria. Ese mismo año, se publica por primera vez la revista “Acción Femenina”, vehículo de propaganda del grupo feminista del mismo nombre cuya secretaria era Victoria van der Maelen. “Acción femenina” tenía como objetivo prioritario el derecho a voto de las mujeres españolas.
Victoria llegó a casa y concertó su cita por la tarde con Lucía Paz. Observó el regalo y se dio cuenta de que la dedicatoria era poca cosa. Abrió el libro por la segunda página y, aprovechando el nombre impreso del autor escribió a continuación: “(Lajos Zilahy) describe  con auténtica calidad poética el plácido ambiente de la Hungría de la anteguerra. Placidez que se (ilegible) en una atmósfera dramática envolviendo a los personajes hasta que llega al apogeo el dolor de los seres que el destino ha separado brutalmente. Preso está el soldado, los que quedaron atrás y los que se imaginaron que quedarían al margen de los acontecimientos”.
Lajos Zilahy publicó “Las cárceles del alma” en 1931, al mismo tiempo que Victoria mantenía su constante lucha a través de la Lliga Femenina Catalana per la Pau i la Llibertat. Ese año, el 1 de octubre, el parlamento español de la República aprobó el sufragio universal para todos los mayores de 23 años sin distinción de sexos, en un día histórico, lleno de encendidos debates, acaloradas disputas políticas y permanentes intentos de enmienda. Ese año, llegó también a Barcelona un licenciado en historia húngaro que trataba de completar su tesis doctoral sobre Violante de Hungría, esposa de Jaume I.
Después de la intensa dedicatoria, Victoria aún no quedó contenta y debajo del largo párrafo añadió una nota personal: “Versión en castellano por F. Oliver Brachfeld, gran escritor húngaro y buen amigo nuestro. Falleció en su patria hará un par de años”. Firma de nuevo. Ferenc Oliver Brachfeld vivió un par de años en la Residencia de Estudiantes de Barcelona para acabar su biografía de Violante de Hungría. Allí intimó con otro historiador, Pierre Vilar, y allí inició una nueva vida. Poco después inició una brillante carrera como traductor vertiendo al castellano desde el alemán obras de Jacob Wasserman como Golovín, desde el francés de  André Maurois o desde el húngaro de Sándor Márai. En 1935 comenzó la traducción de la obra de Lajos Zilahy con “Primavera mortal”. Todo este ingente trabajo literario no hacía sino ocultar su verdadera pasión : el psicoanálisis. Escudándose en su título de “doctor” tradujo la obra de un alumno de Freud, Alfred Adler, del que era gran seguidor, al tiempo que escribía sus propias obras.
Lajos Zilahy abandonó Hungría tras la Segunda Guerra Mundial, huyendo del comunismo, y recaló en los Estados Unidos, casi al mismo tiempo que su compatriota Márai. Ferenc Oliver Brachfeld abandonó Barcelona en 1942, huyendo del franquismo. Marchó a Francia con su esposa, María Bagès, y posteriormente se exilió en Venezuela donde fundó el Instituto de Psicosíntesis y Relaciones Humanas de la Universidad de Los Andes. De Victoria van der Maelen este torpe investigador no ha tenido noticia; aunque no parece haber abandonado España durante los oscuros años de la dictadura sí parece haber desaparecido de la vida pública.
Mientras espera a su amiga Lucy Paz sentada en una terraza, Victoria aún da vueltas a la dedicatoria y debe de pensar que aún falta un último detalle personal. Entreabre el paquete, extrae el libro y justo antes del inicio del texto escribe: “En recuerdo de nuestra buena amistad y con todo el afecto de la amiga que la quiere”. Vuelve a firmar y vuelve a poner la fecha. Ella no es consciente de los errores cometidos en su texto anterior, no está segura de cuándo murió Ferenc Oliver Brachfeld y no sabe que nunca regresó a su patria, que fracasada la gestión de su Instituto, regresó a Barcelona en 1957 y que murió en Quito en 1967.
Hace poco un editor poco escrupuloso anunció la reedición de las mejores novelas de Lajos Zilahy con traducciones nuevas. Comenzó con “Primavera mortal”, la nueva traductora, Anne Mayo Herczig, la ha renombrado como “Primavera mortífera” y sólo ésa ha sido la dinámica. Los textos son idénticos, cambiando alguna palabra por un sinónimo de tanto en tanto y, en ocasiones, tan desafortunado como “mortífera”. La editorial anuncia que recupera las partes suprimidas por la censura franquista, no las he buscado, "Primavera mortal" se publicó en 1935, ¿merecía Ferenc Oliver Brachfeld ese olvido, ese desprecio, esa miseria?
Un beso
R.
P.S. Después de escribir este texto debo reconocer que el editor que vuelve a publicar a Zilahy ha enmendado su error y ya cita las traducciones como revisiones de los textos originales de Brachfeld. Descanse en paz.

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